Pecados Graves y Contra el Espíritu Santo

Pecados Graves y Contra el Espíritu Santo

¿Qué son los Pecados Graves?

También conocidos como pecados mortales, son aquellos que rompen nuestra relación con Dios de manera significativa. Para que un pecado sea considerado mortal, deben cumplirse tres condiciones simultáneamente:

Para que exista el pecado mortal, deben darse tres condiciones:

1. Materia grave:

La acción debe ser intrínsecamente mala y contraria a los mandamientos de Dios, como el homicidio, el adulterio o el robo

2. Pleno conocimiento:

La persona debe ser consciente de que la acción es gravemente pecaminosa.

3. Consentimiento deliberado:

Debe existir una decisión libre y voluntaria de cometer el acto, a pesar de saber su gravedad.

Si alguna de estas condiciones no se cumple, el pecado se considera venial, es decir, una falta menor que debilita, pero no rompe, nuestra relación con Dios.

 

¿Qué son los Pecados Contra el Espíritu Santo?

Son faltas de extrema gravedad que, según la enseñanza de la Iglesia, cierran el alma a la acción de la gracia divina, dificultando o incluso impidiendo el arrepentimiento y el perdón. El Catecismo Mayor de San Pío X identifica seis de estos pecados:

1. Desesperanza de la salvación:

Ocurre cuando la persona ha pecado tanto que entra en desesperación encontrando que no hay más salvación para ella. Queda convencida de que no hay solución y que su destino es el infierno. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE CREE QUE NO VALE LA PENA Y QUE ESTA DEFINITIVAMENTE CONDENADA.

2. Presunción de la salvación sin merecimiento:

Ocurre cuando la persona se haya tan virtuosa que piensa que ya está en el Cielo y por eso por más que haya hecho algún pecado, Dios la perdonará. Implica un sentimiento de orgullo que  le lleva a creer que esta salvada por lo que ya hizo en la vida. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE LO HAYA.

3. Negar la verdad conocida como tal:

Ocurre cuando la persona se juzga «dueña de la verdad» y por eso no cree las verdades de fe por puro orgullo. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE HAYA QUE ESTA EN LO CORRECTO Y QUE NO HAY NADA QUE CONFESAR. NI CONSIDERA EL PECADO DE DUDA DE LAS VERDADES DE LA FE O ASÍ MISMO NEGAR LAS VERDADES DE LA FE. LA PERSONA ENCUENTRA QUE ESTÁ CORRECTA Y QUE ESA CERTEZA ES ABSOLUTA. CONSIDERA QUE SABE MÁS QUE LA MISMA IGLESIA Y CON ESO NIEGA QUE EL ESPIRÍTU SANTO AUXILIE AL SAGRADO MAGISTERIO DE LA IGLESIA.

4. La envidia de la gracia fraterna:

Ocurre cuando las personas tienen envidia de la gracia que Dios da a otro. El envidioso se enoja porque su prójimo alcanzó algo bueno y por eso se rebela contra Dios. Es el caso de Caín y Abel. Caín mató a Abel por envidia. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE SE REVELÁ CONTRA DIOS Y NO TIENE ARREPENTIMIENTO EN SU CORAZÓN.

5. La obstinación en el pecado:

Es quien peca no por debilidad, sino por malicia. Peca no simplemente porque tuvo una tentación, sino porque AMA pecar. SI AMA PECAR, NO SE CONFIESA, PORQUE QUIERE CONTINUAR EN EL PECADO.

6. La impenitencia final:

No es difícil de entender este pecado, pues una persona que viene pecando la vida entera, al final de su existencia continúa siendo impenitente y no arrepintiéndose de todo lo que hizo de malo. Es el supremo y final rechazo a Dios. Aunque estando al final de la vida y sabiendo que va a morir, la persona no quiere cambiar de vida. ESTA NO SE CONFIESA PORQUE RECHAZA A DIOS HASTA EN ESTA HORA EXTREMA.

CONSIDERACIONES FINALES:

 Como se puede ver, los pecados contra el Espíritu Santo son pecados de pura maldad, no de debilidad, o sea, la voluntad de la persona está endurecida de tal forma que ella JAMÁS SE CONFESARA porque NO SE QUIERE CONFESAR. Dios da a todos la oportunidad de salvarse y de ir al Cielo, pero quien peca contra el Espíritu Santo, no quiere salir de la situación en que se encuentra, entonces Dios no puede salvar a quien no se quiere salvar y por eso mismo no tiene perdón.

LO QUE DIFERENCIA LOS PECADOS CONTRA EL ESPÍRITU SANTO DE OTROS PECADOS ES LA VOLUNTAD DE LA PERSONA, NO EL ACTO EN SÍ…O SEA, ES LA VOLUNTAD LA QUE HACE QUE LA PERSONA NO QUIERA CAMBIAR DE VIDA. Por eso se peca contra el Espíritu Santo por un acto de pura malicia, no por mera debilidad.