Jaculatorías: Oraciones para el Alma

Las jaculatorias son frases cortas y llenas de amor que podemos decir en cualquier momento del día para acercarnos a Dios, a la Virgen María o a los santos. Son oraciones sencillas, pero con una gran fuerza espiritual, ya que nos ayudan a mantener nuestra mente y corazón en Dios, incluso en medio de nuestras actividades diarias.

Aquí encontrarás una hermosa colección de jaculatorias que puedes repetir a lo largo del día. No importa dónde estés o qué estés haciendo, siempre hay un momento para elevar una pequeña oración al cielo.

Espíritu Santo dame a conocer toda la Verdad.

María danos vida santa y recto camino para que en el cielo veamos a tu hijo.

De todo mal y pecado líbranos Jesús.

Bendito sea el nombre del Señor ahora y siempre.

Cuando os sintáis atribulados o atacados en vuestra mente decid:

Oh María Santificadora, bendíceme y santifícame y libra mi ser de todo ataque del enemigo de mi alma.

Dice Jesús: Pídanme, que les muestre mi presencia

Jesús me siento perdido, abre mi corazón para aceptar tu amor y muéstrame la verdad para que yo sea salvado.

Gota de preciosa sangre confórtame, purifícame y libérame.
Gota de preciosa sangre lávame, sáname, mójame.
Gota de preciosa sangre bésame, acaríciame y bendíceme con tu tierno amor.

La Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, tiene poder y con ella voy a vencer.

Por tu Santa Pasión devuélveme la alegría de vivir Señor.

Jesús manso y humilde de corazón haz mi corazón semejante al tuyo.

Renuncio a mi mismo y me consagro a Tú querida madre mía.

Señor dame tu gracia y que tu fuerza se muestre perfecta en mi flaqueza. 

San José toma el control de mi vida interior y guíame por el camino del bien.

Confía en Mí, abandónate, deja que te guie y nunca tendrás miedo.

De toda presunción y desesperación, libranos Señor.

Jesús y María os amo salvad almas.

Jesús pierde mi voluntad en la tuya y dame la tuya para vivir.

Señor poséeme para que sea santo, hazme dócil a tu voluntad.

Nunca pierdas la paz, el temor y la ansiedad vienen del diablo.

Ay del corazón caido que no tiene confianza.

Nada te turbe, nada te espanta, a quien Dios tiene nada le falta.

Corazones triunfantes de Jesús y de María reinen en mi vida y en mi corazón, Amén.

Virgen María, danos vida santa y recto camino para que en el cielo veamos a tu hijo.

Jesús ilumina nuestra vida para poder ver el estado de nuestra alma.